Versiones de Las Meninas

            Toda la obra de Velázquez y en especial el cuadro Las meninas han tenido una gran influencia en los pintores españoles posteriores. Cada uno de ellos ha impreso su propia seña de identidad, no se han limitado a hacer una copia, sino que han realizado sus propias versiones, es decir, se han dedicado a poner su mirada especial en el cuadro de Velázquez para volver a crear Las Meninas como tributo de su admiración por la obra.

            Aunque pueda parecer que esta sección se cruza con la geometría algo más lejos que las otras, veremos no es así y que las matemáticas han seguido presentes en las versiones realizadas por otros genios de la pintura española.

            Francisco de Goya.

            A los 32 años aprovecha la convalecencia de una enfermedad para hacer 16 grabados de las obras de Velázquez (izquierda), pero donde más se nota la influencia de Las meninas es en una de sus obras más importantes, La familia de Carlos IV, en ella Goya se retrata “al estilo de Velázquez en Las Meninas”, toma la misma posición para aparecer en el retrato real.

            Si hay interesantes parecidos entre las dos obras, también las diferencias son grandes: mientras Velázquez da una gran importancia a la zona que hay al fondo, Goya no le presta atención. Si Velázquez pinta a los personajes tras una observación seria y rigurosa, sin apasionamiento, Goya es mucho más despiadado, remarcando los defectos de la familia real.

           Pablo Picasso

            A los 76 años, cuando Picasso era famoso y rico, se encierra en su estudio durante cuatro meses y realiza la serie de Las Meninas, compuesta por 58 cuadros. Durante ese tiempo no deja que nadie los vea, excepto su mujer Jacqueline.

            Es evidente que Picasso desechó todo intento de copiar, quiso reinterpretar el cuadro. En los lienzos estudia claves de color, composiciones cubistas, pormenoriza o elimina personajes y llega a introducir elementos ajenos a la obra de Velázquez como son balcones y palomas.

            Rafael Pérez establece relaciones entre el cubismo y los conceptos de la geometría diferencial, en especial el estudio local del espacio como hacemos los matemáticos con las funciones. Estudia las formas de los personajes no sólo desde fuera del cuadro desde la posición del pintor. En realidad es un estudio de las relaciones que hay entre ellos plasmando la visión que unos personajes tendrían de otros y nos las presenta junto a las visiones del propio pintor. De esa forma puede aparecer una cara con tres ojos, dos bocas y la nuca.

            En este sentido el cubismo analiza el espacio de forma parecida a lo que hacemos los matemáticos en el estudio las funciones, cuando las curvas son difíciles de representar lo hacemos localmente, sustituimos la función por su tangente en una región determinada y después nos movemos a otra zona de la función para hacer lo mismo. Sustituimos el estudio de la función por aspectos parciales de ella de la misma forma que lo hacen los cubistas.

            En el cuadro de la derecha queda patente la admiración de Picasso por Velázquez en la representación del pintor mediante una figura enorme.

 

Salvador Dalí

            Las Meninas es un motivo recurrente en la obra de Dalí, tanto en su interés por hacer versiones propias como el cuadro El número secreto de Velázquez (izquierda) realizado para una exposición en Nueva Cork. En él sustituye los personajes por números. Es curiosa la asignación del 7 para José Nieto, para Velázquez y también para el bastidor del cuadro.

            En otro de sus cuadros de 1965 titulado La apoteosis del dólar (derecha), al igual que Goya, se dedica a pintar “al estilo de Velázquez” cuando se autorretrata en el momento que está pintando a Gala de espaldas y ambos se reflejan en el espejo, ¿como los reyes?,

 

            También hace sus interpretaciones de la infanta Margarita y del mastín, del que decía que era uno de los perros mejor pintados de la historia del arte.

            La pasión de Dalí respecto de Las Meninas queda patente en su escrito Eureka de 1975, en el que  afirma: desde el impresionismo, toda la historia del arte moderno gira alrededor de un único objetivo: la realidad. Algo que puede llevar a preguntarse: ¿qué hay de nuevo, Velázquez?

           El equipo Crónica.

            Rafael Solbes representa en La salita a Las Meninas en una sala de estar de los años 60 con todas las imágenes de la época: TV, cuadros, lámpara, etc.

            Manuel Valdés ha realizado diversas versiones de las meninas tanto en pintura como en escultura.

            Antonio Mingote

            Uno de las mejores viñetas de este genial dibujante representa a Velázquez pintando Las Meninas mientras piensa Es que hay días en los que a uno no se le ocurre nada, mientras a la infanta Margarita se le hincha la falda, sale volando y todos los personajes la miran sorprendidos excepto Nicolasillo que es mordido por el perro.

            Con el estudio de Las Meninas no hemos desvelado más que algunos de sus misterios y han surgido otros con más fuerza. Cuando volvamos a mirar el cuadro, nos acordaremos de Nicolasillo, de las meninas, los personajes difuminados, la luz al frente y al fondo, la oscuridad intermedia, medio cuadro casi en penumbra, la infanta que sale volando, el pintor que quiso ser noble y lo consiguió, el espacio que creó, del juego de engaños de un artista que nos ha obligado a utilizar la geometría para profundizar en sus misterios o la sensación de sentirnos los reyes pintados por el mejor de los pintores.